Tuve la brillante ocurrencia de solicitar una entrevista con
Quisiera, en unas pocas líneas, poder transmitir lo que significó ese proceso para mí y para mi trabajo, la calidad del servicio que recibí y los resultados que no se hicieron esperar y que superaron ampliamente mis expectativas.
Todo esto Internet mediante (inédito para mí, sin embargo, permitió profundizar en los obstáculos y objetivos propios de un modo que no imaginé posible) esta modalidad, sin duda, facilitó los cambios en tan poco tiempo.
Debo decir, porque además son inseparables, que sin la calidad humana y profesional de mi coach no hubiera podido abordar el proceso y, por supuesto, obtener los resultados.
Muchas veces hablo con mis pacientes sobre la confianza que se construye entre dos. Esa confianza permitió el trabajo.
No sólo empatía o palabras amables, la presencia se sostiene en acciones concretas.
Por un lado la falta de rechazo o juzgamiento hacia mis obstáculos y límites. Por otro, el abanico de alternativas y la presencia real. Mirta, como la llamo ahora, sostuvo y toleró todo aquello que podía considerarse contrario al proyecto. No se trataba de mutilar o desechar “lo malo” sino de usarlo de combustible, de reformularlo.
Me sentí aceptada y respetada, aún en mis equivocaciones. Esa aceptación de mi mismidad me permitió abrirme con libertad a las sugerencias.
Y, a partir de allí construir, o mejor dicho, reflotar recursos personales que ignoraba que tenía. Como si hubiera entrado a mi propia casa y descubriera cuartos sin usar, abriera las ventanas y pudiera disponer de habitaciones para amueblar a mi antojo.
Pude conectarme con lo que de verdad me gusta hacer: investigar, escribir y trabajar como psicóloga, aún a pesar de mis intentos nunca conseguí una forma de hacerlo con continuidad, coherencia y beneficios económicos.
En menos de tres meses nacieron mellizos: mi página Web y mi boletín. Tengo un lugar que disfruto y en el que puedo compartir todas las áreas de mi experiencia laboral y teórica, aprendí a ponerle precio a mi trabajo y a utilizar las ventajas de mi estilo profesional.
Por otra parte, establecí prioridades en diferentes órdenes de mi vida, tanto en cuestiones económicas organizando de manera racional mis ingresos y egresos como las metas futuras: la publicación de otros libros y la creación de un espacio de estudio y práctica para colegas. ¡Llegué hasta plantearme las condiciones materiales necesarias para mi vejez!
El coaching no fue sólo calidez y cualidades de “estar ahí”,
Su trabajo constituye un arte del compromiso que ella asume con absoluta responsabilidad y amor. Sí, no puedo usar otra palabra. Mirta ama lo que hace y lo hace con total entrega.
Quizás por eso pude embarcarme en la inacabable labor de encontrarme con mis posibilidades y recibirlas con alegría.
Un día le dije: “Tengo que inventar una palabra, porque gracias, no alcanza”.
Lic. Silvia Fantozzi
Psicóloga (U.B.A. MN 22875)
Directora del Newsletter Mujer & Psicología
|